sábado, 29 de marzo de 2014

Piezas que encajan



Algunas tareas del DELE son como rompecabezas que nos permiten jugar con los nexos de unión de un texto para reconstruirlo; nuestro objetivo en esta sesión ha sido precisamente jugar como si estuviéramos armando un juguete.


Si algo me divierte en los cursos de preparación al DELE, y en ese sentido da igual el nivel (B2, C1 y C2 especialmente) es ver la cara de sorpresa que ponen los alumnos cuando les pregunto si saben (y les gusta) hacer rompecabezas (o puzzles). 


(De http://www.nme.com/blogs/nme-blogs/biffy-clyro-rank-the-albums)

Pues eso es lo que hago cuando llega el momento de afrontar la tarea 2 de Comprensión de Lectura en el nivel C1; previamente, eso sí, paso la mañana guillotinando (¡qué palabra más horrorosa!), pero qué le vamos a hacer, a menudo y en aras del componente lúdico, ha tocado guillotinar:


(De http://artgraphicsrevistadigital.blogspot.com)     (De www.electrocyber.cl)
A quien conoce (y ha padecido) la dureza del examen DELE no le hará mucha gracia que se juegue precisamente con una de las tareas más difíciles y desesperantes del examen, pero al fin y al cabo a las clases de idiomas uno no debe ir a sufrir, que para eso ya están la vida y los exámenes. Así que hoy vamos a explicar de la forma más sencilla posible cómo hacer que una tarea de examen se convierta en un juego de niños.

                                                          (De www.spanish.alibaba.com)

Para empezar, tengo dos textos que previamente he formateado como si fueran una tarea (es decir, los he deshuesado, sazonado, destripado, cortando en filetes, como si los fuera a cocinar). Todo está listo para hacer con ellos dos actividades en diferentes días, pero en ese momento se presenta una inspiración: ¿por qqué no entregar los dos textos con todos los fragmentos mezclados y dejar a los estudiantes que perciban con claridad lo que he tratado de mostrar en la sesión anterior? No queda apenas tiempo, pero me pongo a la tarea de retocar, imprimir y, ahora sí, a guillotinar.

Ya en clase, intento que los estudiantes comprendan que no están ante una actividad lingüística sino que se enfrentan a la complejidad, no menos lúdica de armar un lego, puesto que la imagen del rompecabezas (que también es útil) carece en cierto sentido de tridimensionalidad.




Los primeros minutos de la clase son, voluntaria o involuntariamente, un caos de búsqueda, reparto e intercambio de cabezas... perdón, quise decir de fichas o teselas, porque los 14 fragmentos con los que vamos a trabajar están desordenadamente dispersos y multiplicados por el número de alumnos que participan en este juego... perdón de nuevo, quise escribir "en esta clase" (¿dónde tendré hoy la cabeza?)



No solo porque todavía no tienen el tablero donde insertar las fichas o -dicho en clave DELE- los textos donde colocar los fragmentos, sino por la confusión de temas que van a encontrar, los estudiantes se verán (y se ven) obligados a leer y organizados los fragmentos en una primera secuencia: cuáles pertenecen a un texto (por su temática) y cuáles a otro. Solo saben, por ahora, que disponen de 7 fragmentos pertenecientes a cada texto, y que de ellos solo van a utilizar 6.



En esta tarea, más lúdica y estratégica que lingüística, también les advertimos (de) que deben subrayar las palabras-clave, los conceptos más importantes, puesto que estos se pueden convertir en marcas lingüísticas de cara a la inserción de los fragmentos en sus respectivos lugares.



Y ahora empieza a contar el tiempo: 30 minutos para jugar con los dos textos, para construir. Gráficamente les muestro cómo un fragmento solo puede y debe encajar en un lugar preciso, pero antes de decidirse por la opción adecuada pueden probar con las fichas en varias posiciones, por lo que van a colocar los fragmentos que crean convenientes encima del espacio que pueden cubrir, porque el texto todavía no ha adquirido su sentido. Eso sí, deben irse fijando en determinadas marcas: temporales, pronominales, temáticas, para que el fragmento encaje definitivamente. Y también les señalo que si una de las fichas (o fragmentos) que habían utilizado en un hueco la necesitan o la pueden colocar en otro lugar, lo hagan, y que decidan entre ellas cuando todo el texto esté completo.



La experiencia ha resultado interesante para mí (y espero que también para ellos), porque al trabajar 2 textos en un tiempo limitado han podido avanzar en un tema que será el leit motiv de nuestras clases: la organización, distribución y gestión del tiempo.


(De: es.aliceinworderland.wikia.com)

De nada vale destinar mucho tiempo a un texto e intentar hacerlo casi perfecto si esto nos resta tiempo para completar las demás tareas, viéndose obligados así a responder muy rápidamente y sin tiempo suficiente para comprender, reflexionar y decidir. Debo reconocer que este aprendizaje no estaba entre los objetivos que me había propuesto al diseñar la tarea, pero la dinámica de clase, siempre, es más sabia que el profesor que la propicia o administra y si se está atento y dispuesto a escuchar, se puede aprender de lo que pasa dentro -e incluso fuera- del aula.





3 comentarios:

  1. Ernesto participé de tus webinarios y, sumados a este blog, todo es muy valioso. Te felicito y sé de todo el trabajo que da no solo producir todo esto como así también que sea eficiente.
    Saludos, Hernán
    Brasil

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    1. Muchísimas gracias, Hernán, y espero que realmente sea útil el esfuerzo de buscar la activación de estrategias con nuestros estudiantes. Espero que nos veamos pronto en otro webinario (aún no tengo previstas fechas, pero supongo que no tardaremos en convocarlo). Un abrazo y mucha suerte,
      Ernesto Puertas.

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  2. ¡Sí, señor! Vamos allá, ¡al tajo con nuevas inspiraciones! (y eso, estando el veranito como está..)

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