jueves, 13 de febrero de 2014

Integrando que es gerundio

En varias ocasiones he señalado que la característica principal y más significativa del nuevo modelo de DELE es la integración de destrezas, es decir, la formulación de tareas en las que hay que combinar y utilizar de forma simultánea diferentes capacidades de producción y recepción. No quiero pasar por alto, como he venido señalando en los encuentros de formación a los que me refería en la entrada anterior, que la contextualización verosímil de las tareas del DELE es una consecuencia lógica de la adopción del enfoque orientado a la acción que propugna el Marco Común Europeo de Referencia (MCER).

En esta segunda entrada, precisamente, me gustaría explicar uno de los casos más ejemplares de la integración de destrezas en una prueba adaptada del DELE, ya que así estamos haciendo que el alumno lea, hable (preguntando a un compañero para obtener información), escriba (las respuestas del compañero) y escuche, teniendo a menudo que aclarar o explicar algo de sus preguntas o respuestas, en una clara muestra de interacción global.

He elegido para este ejemplo un nivel inicial (A1) con el fin de corroborar que estas interacciones se pueden llevar al aula en cualquier etapa; asimismo, y a tenor de los resultados, creo que de estas experiencias también vamos aprendiendo cómo las situaciones “reales” en que es obligatoria la comunicación van generando en los alumnos mayor confianza en sus capacidades de expresión a la vez que construyen un engranaje colaborativo sumamente conveniente para incentivar la cohesión del grupo.

En esta ocasión, gracias a la generosa colaboración de Magda, Karina, Marja, Khava, Alicja, Karolina, Emila, Asia, Kamila y Anna, que aceptaron grabar la “prueba” que hicimos en unas sesiones extraordinarias (recién acabado el curso de A1), vamos a poder ver la propuesta didáctica de convertir un ejercicio de expresión escrita en una tarea de interacción en clase, aprovechando para ello la estructura y las instrucciones de la propia tarea del DELE A1, concebido inicialmente como un ejercicio individual y solitario.

La mecánica del ejercicio es extremadamente sencilla y solo hemos tenido que organizar y gestionar la clase para que trabajen en parejas: si el número de asistentes es impar -como suele ser habitual cuando planificamos estas dinámicas de clase-, basta con realizar agrupaciones de tres personas, de modo que pregunten a un compañero distinto del que les pregunta a ellos.

La actividad que estamos analizando corresponde a la tarea 1 de la prueba de Expresión e Interacción Escritas del DELE A1, y hemos propuesto a los alumnos trabajar con un ejercicio extraído del libro Dale al DELE A1 (página 97).

En menos de un minuto y medio podéis ver cómo se desarrolla parte de la prueba:




Es condición imprescindible que solo el alumno entrevistador disponga del formulario que debe rellenar; si se desea, incluso, puede trabajarse con diferentes modelos de la misma tarea para que en esta sesión trabajen diferentes campos temáticos (por ejemplo, la matriculación en un curso –en la página 62 del libro hay un formulario para ello-, la suscripción en un periódico –página 61-, la petición de una tarjeta de crédito, que es la tarea que veremos en este vídeo, etc.).

Entre otros aspectos que cabe destacar, me gustaría hacer hincapié en la hipotética acusación de pérdida de tiempo que podría hacérsenos al adaptar esta tarea (de carácter escrito) a una integración de destrezas: en el examen, para realizar las dos tareas escritas (de idéntico número de palabras, 30-40), el candidato dispone de 25 minutos, es decir, que para rellenar el formulario (con datos imaginados) de la tarea 1 podría utilizar 10 minutos. Pues bien, cuando hemos llevado esta dinámica a clase, pese a que hay un proceso de lectura e interpretación de la pregunta, formulación de la misma, respuesta y transcripción, la realización de la tarea (en algunos casos con la firma del alumno entrevistado, que motu proprio los compañeros le pedían en aras del realismo) no superó en ningún caso los 8 minutos. Por si esto fuera poco, esta tarea no solo cumple con su finalidad inicial de evaluar la expresión escrita, sino que sirve también de entrenamiento para interactuar oralmente, como se plantea en la tarea 4 de Expresión e Interacción Orales, con breves intercambios de información y preguntas dirigidas.

No insistiré ahora en la visión que los estudiantes tuvieron de esta tarea como una oportunidad más de poner en práctica su capacidad de interlocución en la nueva lengua, su desvinculación del sentimiento de estar haciendo un examen o su implicación y colaboración para que el compañero participase en el proceso de intercambio de datos, pero sí me remitiré a las imágenes para confirmar que las estudiantes se encontraban más relajadas, cómodas y hasta divertidas que si hubiesen estado “castigadas” mirando un folio y respondiendo una instrucción extraña y hasta cierto punto incomprensible: “Ayuda a un amigo a completar este formulario”.

A partir del visionado de esta grabación, como profesor (y no solo como evaluador, incluso como autor de materiales) dispongo de algunos datos que pueden servirme para afrontar el próximo curso de A1 con algunos objetivos que al parecer he descuidado en este semestre: enseñar a formular más -y más veces- preguntas sobre origen, ubicación, fechas, etc. Que el enfoque comunicativo me lo perdone.
Cámara, luz, acción...

jueves, 6 de febrero de 2014

Mis alumnos de DELE ya no se aburren


¿Cómo hacer una clase "normal" con tareas DELE?


En octubre de 2013, y ante la demanda existente entre los profesores de español por conocer la estructura y las características de los exámenes DELE en el nivel B que acababan de experimentar una profunda renovación, la Editorial EnClave-ELE convocó una serie de encuentros virtuales, bajo la forma de webinarios en los que me correspondió explicar cómo eran esos cambios y en qué afectaban a los candidatos y a su nivel de preparación, tanto desde mi perspectiva como profesor que ya en ese momento había tenido la oportunidad de impartir varios cursos de preparación de DELE B2 e incluso de pilotar las pruebas y participar en los debates para la calibración de las tareas de expresión oral, como desde mi condición de co-autor de los volúmenes B1 y B2 de la colección Dale al DELE que acababan de aparecer.


A lo largo de esos talleres, cuyas presentaciones en power point vamos a comentar en sucesivas entradas y entregas de este blog que hoy inauguramos, aparecieron una serie de propuestas sobre cómo llevar al aula de forma lúdica, divertida, participativa y dinámica, diferentes tareas de los DELE que, con una leve adaptación, pasaban -sin perder su utilidad evaluadora y didáctica- de ser ejercicios de respuesta individual a actividades de clase que eliminaban de esa forma la idea de que participar en un curso de DELE  es necesariamente aburrido y en el que los alumnos pasan todo el tiempo sentados de cara a unos folios que los condenan a obtener un porcentaje de respuestas correctas (mientras el/la profesor/a pasea aburrido/a por el aula, o corrige ejercicios de otros grupos o sencillamente mira por la ventana cómo pasa el tiempo agradeciendo ese tiempo extra de “descanso” en el trabajo, pero preguntándose muchas veces si es lógico representar ese papel en el curso).

En estos meses hemos reflexionado sobre las características generales del nuevo modelo de certificación lingüística del DELE (en sus seis niveles) y sobre las semejanzas y diferencias existentes entre las pruebas y las tareas de cada nivel, buscando en todos los casos una reflexión sobre las estrategias que deseamos activar y potenciar en nuestros estudiantes, sean o no posibles candidatos al DELE, convencidos como estamos de que un conocimiento de la estructura de las pruebas es útil para todos los aprendientes de español y seguros también de que ya ha comenzado a producirse ese efecto rebote (o washback). Este fenómeno consiste en ir adaptando actividades de clase al formato de un examen en el que se comprobará si el alumno dispone de las competencias adecuadas para poder ser considerado hablante de una lengua extranjera en un nivel determinado: por la tipología de textos que se es capaz de afrontar (a la hora de comprenderlos o de producirlos), por las temáticas que se abordan, por el grado de corrección formal y gramatical que se ha ido adquiriendo y se demuestra, etc.

A continuación os explicamos el desarrollo de una actividad que practicamos en clase; lo que hay más arriba es una de las diapositivas que sirvieron de ilustración al taller del pasado 31 de enero, sobre dinámicas y juegos en clase, pues sirve de ejemplo sobre cómo hacer un juego de rol en la búsqueda de información.


Desarrollo de la dinámica

La tarea 1 de Comprensión de Lectura en el nivel B1 consiste en unir los deseos, gustos o necesidades de 7 personas con la información de una serie de bienes y servicios que podrían encajar con las preferencias de cada una de ellas. Nosotros lo que hemos hecho es fotocopiar cada anuncio en tamaño aumentado y lo hemos colgado en las paredes del aula, distribuidos por las mesas e incluso alguno en el suelo, pero siempre de forma visible. Después, fotocopiamos la hoja en la que "hablan" las siete personas (no se os olvide tachar o borrar la respuesta del ejemplo) y recortamos las hojas para obtener 7 fichas (cada una lleva no solo el nombre sino una foto de la persona que da su opinión). Desordenamos las fichas (para que los alumnos no hicieran al mismo tiempo la búsqueda del mismo anuncio) y las entregamos boca abajo para que no pudieran leer hasta que diéramos la señal de inicio.

Si es la primera vez que hacen este juego, les podemos mostrar el objetivo del mismo: el profesor coge una ficha, hace como que la lee y se mueve leyendo carteles, cuando cree que encuentra la correspondencia adecuada escribe en la ficha, vuelve a su asiento, la deja y coge la siguiente.

Cada estudiante tiene en su poder solo una ficha en la mano, para concentrarse en leerla, y moviéndose por la clase busca la información que aparece en su papel; por ejemplo, el texto de Gabriel.



Cuando el alumno haya encontrado el texto que busca, escribe en el margen la letra del cartel correspondiente y vuelve a su asiento, deja esa ficha y coge la siguiente.

El objetivo de este juego es que se muevan por la clase y que lean en movimiento (a los alumnos cuyo estilo de aprendizaje sea corporal cinestésico les encantará). Sorprendentemente, al dotar de movimiento esta tarea, la lectura se produce muy rápidamente y lo que parece que es dedicar mucho tiempo a ir y venir por el aula da como resultado que se tarde menos en hacer la prueba de lo que tardarían si estuviesen sentados.

Como todos están ocupados en resolver la prueba, no hay mucho peligro de que se copien, y si se les motiva con la competición (gana el que primero acabe de encontrar a todos los personajes), la diversión está asegurada. Cuando se les comunica que esto es una prueba del examen DELE, no se lo creen.

Os esperamos en la próxima entrada y ojalá que estos temas sean de vuestro interés.