En varias ocasiones he señalado que la característica
principal y más significativa del nuevo modelo de DELE es la integración de
destrezas, es decir, la formulación de tareas en las que hay que combinar y utilizar
de forma simultánea diferentes capacidades de producción y recepción. No quiero
pasar por alto, como he venido señalando en los encuentros de formación a los
que me refería en la entrada anterior, que la contextualización verosímil de
las tareas del DELE es una consecuencia lógica de la adopción del enfoque
orientado a la acción que propugna el Marco Común Europeo de Referencia (MCER).
En esta segunda entrada, precisamente, me gustaría explicar
uno de los casos más ejemplares de la integración de destrezas en una prueba
adaptada del DELE, ya que así estamos haciendo que el alumno lea, hable
(preguntando a un compañero para obtener información), escriba (las respuestas
del compañero) y escuche, teniendo a menudo que aclarar o explicar algo de sus
preguntas o respuestas, en una clara muestra de interacción global.
He elegido para este ejemplo un nivel inicial (A1) con el
fin de corroborar que estas interacciones se pueden llevar al aula en cualquier
etapa; asimismo, y a tenor de los resultados, creo que de estas experiencias
también vamos aprendiendo cómo las situaciones “reales” en que es obligatoria
la comunicación van generando en los alumnos mayor confianza en sus capacidades
de expresión a la vez que construyen un engranaje colaborativo sumamente conveniente
para incentivar la cohesión del grupo.
En esta ocasión, gracias a la generosa colaboración de Magda,
Karina, Marja, Khava, Alicja, Karolina, Emila, Asia, Kamila y Anna, que
aceptaron grabar la “prueba” que hicimos en unas sesiones extraordinarias (recién
acabado el curso de A1), vamos a poder ver la propuesta didáctica de convertir un ejercicio de expresión escrita
en una tarea de interacción en clase, aprovechando para ello la estructura y las instrucciones
de la propia tarea del DELE A1, concebido inicialmente como un ejercicio individual y
solitario.
La mecánica del ejercicio es extremadamente sencilla y solo
hemos tenido que organizar y gestionar la clase para que trabajen en parejas:
si el número de asistentes es impar -como suele ser habitual cuando planificamos
estas dinámicas de clase-, basta con realizar agrupaciones de tres personas, de
modo que pregunten a un compañero distinto del que les pregunta a ellos.
La actividad que estamos analizando corresponde a la tarea 1
de la prueba de Expresión e Interacción Escritas del DELE A1, y hemos propuesto
a los alumnos trabajar con un ejercicio extraído del libro Dale al DELE A1 (página 97).
En menos de un minuto y medio podéis ver cómo se desarrolla parte de la prueba:
En menos de un minuto y medio podéis ver cómo se desarrolla parte de la prueba:
Es condición imprescindible que solo el alumno entrevistador
disponga del formulario que debe rellenar; si se desea, incluso, puede
trabajarse con diferentes modelos de la misma tarea para que en esta sesión
trabajen diferentes campos temáticos (por ejemplo, la matriculación en un curso
–en la página 62 del libro hay un formulario para ello-, la suscripción en un
periódico –página 61-, la petición de una tarjeta de crédito, que es la tarea
que veremos en este vídeo, etc.).
Entre otros aspectos que cabe destacar, me gustaría hacer
hincapié en la hipotética acusación de pérdida de tiempo que podría hacérsenos
al adaptar esta tarea (de carácter escrito) a una integración de destrezas: en
el examen, para realizar las dos tareas escritas (de idéntico número de
palabras, 30-40), el candidato dispone de 25 minutos, es decir, que para
rellenar el formulario (con datos imaginados) de la tarea 1 podría utilizar 10
minutos. Pues bien, cuando hemos llevado esta dinámica a clase, pese a que hay
un proceso de lectura e interpretación de la pregunta, formulación de la misma,
respuesta y transcripción, la realización de la tarea (en algunos casos con la
firma del alumno entrevistado, que motu
proprio los compañeros le pedían en aras del realismo) no superó en ningún
caso los 8 minutos. Por si esto fuera poco, esta tarea no solo cumple con su
finalidad inicial de evaluar la expresión escrita, sino que sirve también de
entrenamiento para interactuar oralmente, como se plantea en la tarea 4 de
Expresión e Interacción Orales, con breves intercambios de información y
preguntas dirigidas.
No insistiré ahora en la visión que los estudiantes tuvieron
de esta tarea como una oportunidad más de poner en práctica su capacidad de
interlocución en la nueva lengua, su desvinculación del sentimiento de estar
haciendo un examen o su implicación y colaboración para que el compañero
participase en el proceso de intercambio de datos, pero sí me remitiré a las
imágenes para confirmar que las estudiantes se encontraban más relajadas,
cómodas y hasta divertidas que si hubiesen estado “castigadas” mirando un folio
y respondiendo una instrucción extraña y hasta cierto punto incomprensible:
“Ayuda a un amigo a completar este formulario”.
A partir del visionado de esta grabación, como profesor (y
no solo como evaluador, incluso como autor de materiales) dispongo de algunos
datos que pueden servirme para afrontar el próximo curso de A1 con algunos
objetivos que al parecer he descuidado en este semestre: enseñar a formular más
-y más veces- preguntas sobre origen, ubicación, fechas, etc. Que el enfoque
comunicativo me lo perdone.
Cámara, luz, acción...
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